La gestión de derechos digitales –DRM (Digital Rights Management), en sus siglas en inglés- o sistema anticopia, como también se la denomina, es un sistema de gestión de derechos de autor. Se trata de un sistema tecnológico de encriptación o cifrado a nivel tanto de hardware como de software, que se aplica a muchos productos digitales en distintos dispositivos electrónicos. Su uso no se limita a música, películas, programas informáticos en portátiles, tabletas, etc., sino que se extiende también a los libros electrónicos o ebooks en lectores electrónicos o ereaders.
Utilizado por editores, autores y creadores digitales, así como por grandes empresas entre las que se encuentran Amazon, Apple y Adobe -por citar algunas de las más conocidas-, su objetivo es proteger los derechos de autor, impidiendo las copias ilegales y el pirateo. Para ello se establecen una serie de medidas, como por ejemplo, vincular el producto digital a una cuenta de usuario, hacer un seguimiento del dispositivo, limitar el uso del producto a dispositivos autorizados, establecer una serie de usos permitidos, impedir que se comparta con otros usuarios, restringir la copia y/o la impresión, etc.
Sin embargo, muchas asociaciones de consumidores y usuarios creen que estas medidas llegan a ser abusivas, vulnerando no solo la libertad de los individuos, sino también su privacidad, así como su derecho a acceder libremente al conocimiento y a la cultura. Tal es así que existen organizaciones que están luchando por cambiar o flexibilizar el marco regulatorio, multitud de webs y blogs que explican cómo quitar o desactivar el DRM, etc.
La gestión de derechos digitales a día de hoy tiene su marco legal en el Tratado de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), así como en la Directiva Comunitaria 2001/29/CE de 22 de mayo bajo la denominación de “Derechos de autor en Internet”.
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